Los visitantes de la comarca lo demandan a la par que compran jamones y embutidos, pese a los avisos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En la Alpujarra se sigue consumiendo el plato alpujarreño, el jamón de Trevélez y de otros municipios de la comarca y los embutidos de la zona, como ocurría antes de que la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, un organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alertara que «comer carne procesada puede causar cáncer de colon». A pesar de las advertencias del citado organismo, el plato alpujarreño está demostrando poseer ‘buena salud’ porque no solo no ha sido rechazado sino que se sigue pidiendo aún más en restaurantes de la comarca.
Algunos empresarios de la zona coinciden en asegurar que «los turistas y visitantes siguen solicitando el famoso plato porque les encanta y creen que eso de contraer una enfermedad es muy relativo». Añaden también que «la venta de jamones, paletillas y embutidos no ha disminuido y esperamos vender más dentro de poco cuando, se acerque la Navidad».
Invento local
El plato alpujarreño lo inventó un vecino de Capileira, José Pérez, a principios de los años sesenta del pasado siglo. Esta persona, ya fallecida, dejó la agricultura para ser mesonero en su tierra. En aquellos tiempos solo había unas cuantas tabernas en ese pueblo. El establecimiento de José Pérez fue bautizado por su amigo, el que fuera rector de la Universidad de Granada, Antonio Gallego Morell, con el nombre de Mesón Poqueira. El local fue premiado por el Ministerio de Información y Turismo -de entonces- por tratarse de uno de los más bellos y bien preparados de la provincia de Granada. Los hijos gemelos de José Pérez, Francisco y José, junto a sus dos descendientes, siguen los pasos del fundador del Mesón Poqueira.
Un día se acercaron a almorzar al Mesón Poqueira varias personas y una de ellas le solicitó a José Pérez que les sirvieran el plato más representativo de Capileira. Entonces José entró en la cocina y le pidió a su ‘santa’ mujer que le preparase seis platos de patatas redondas y fritas del terreno con huevos de sus gallinas ponedoras. Luego, José volvió a la barra de su mesón y tras ponerle unos chatos de vino de Albondón con tapa de jamón a sus nuevos huéspedes, este le preguntó a una de aquellas personas que quienes eran. Y uno le contestó: «Yo soy un enamorado de esta zona que suelo recorrerla en moto, mi nombre es Jaime de Mora y Aragón; esta mujer es mi hermana Fabiola, la Reina de Bélgica; este señor es su marido y cuñado mío, el Rey de Bélgica y los demás señores son acompañantes nuestros».
José Pérez se quedó de piedra al saber que tenía en su casa nada más y nada menos que a los mismísimos reyes de Bélgica que desde su casa de Motril se habían desplazado hasta Capileira. Pues bien, sus majestades Balduino y Fabiola y Jaime de Mora y Aragón solicitaron permiso a José Pérez para conocer a su esposa, que se encontraba trabajando en la cocina. Entonces, al ver los platos de patatas con su huevo encima a punto de ser servidos, Jaime de Mora y Aragón, con el beneplácito de los reyes de Bélgica, sugirió que a los platos les echaran también encima varias lonchas de jamón y varios trozos de longaniza y morcilla, con su aceite y todo, porque así estaría el plato más completo y sabroso. Y eso hizo José. Y a todos les encantó la comida. Después, durante el postre, Jaime de Mora y Aragón, le dijo a José «desde ahora en adelante esta comida se llamará plato alpujarreño». Y así sigue llamándose, siendo famoso en toda España.
En otra ocasión, los reyes de Bélgica visitaron el Mesón Poqueira y pidieron una sopa de almendras y el plato alpujarreño con ensalada. Don Balduino mirando las paredes del local quedó prendado de un cuadro al óleo pintado por José Ortuño y como se enamoró de la obra, se lo regaló José Pérez. Jaime de Mora y Aragón visitó muchas veces Capileira. Una de ellas, el aristócrata le dijo a José Pérez: «Pepillo, esta zona tiene mucho futuro de cara al turismo, porque mira, te voy a decir una cosa; en Ibiza empezaron a ir los ‘hippies’ y ya se ha puesto de moda, y la Alpujarra será pronto conocida como Ibiza y Marbella por que ya veo por aquí algunos ‘hippies’».
Fuente: Ideal